Una alternativa refrescante, hidratante y digestiva
El agua con gas es una alternativa refrescante, hidratante y digestiva a los refrescos azucarados. Es ideal para acompañar las comidas y para incluirla como parte de la rutina de hidratación, en la que podemos alternar agua gasificada con agua sin gas.
Cada vez son más las personas que toman esta bebida sola o en combinación con agua normal durante las comidas o como refresco, en lugar de otras formas menos sanas de hidratación. Como el agua normal, su versión con gas también aporta beneficios para la salud, sobre todo a nivel gastrointestinal, e, incluso, puede ayudar a perder peso.
Está compuesta por ácido carbónico (H2CO3), se descompone fácilmente en agua y dióxido de carbono (CO2). Ésta, al despresurizarse, adquiere sus características burbujas.
Existen dos tipos de agua gasificada
El agua con gas se diferencia en dos grupos: las aguas que contienen ácido carbónico de manera natural, desde el manantial, y las aguas minerales gasificadas, que se elaboran añadiendo posteriormente el ácido carbónico.
El agua con gas se considera una bebida sana
Es una excelente alternativa a los refrescos tradicionales con alto contenido de azúcar. Aunque los expertos recomiendan incluirla en la dieta diaria complementando con agua sin gas.
Te recomendamos que tomes un vaso o un par de vasos de agua con gas y que, el resto de vasos, sean con agua sin gas, para alcanzar la cantidad recomendada diaria de agua.